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domingo, 22 de junio de 2014

La consigna del poema.


 
Estoy por comenzar el postrero viaje,
angustiado por lo que no pude hacer,
la calidez del mundo que me dio hospedaje
y los tantos errores que pude cometer...
 
Debo la vida, como todos, a mis padres
y a mis abuelos que guiaron mi ser,
me enseñaron la libertad, el coraje
y el idioma con el que me expresé...
 
Conocí el amor, hice su aprendizaje,
cientos de poemas puse en el papel,
caminé por senderos, banquinas e ideales
y el amor de mis hijos y nietos alcancé...
 
Trabaje día y noche, sufrí enfermedades,
pesadillas y sueños hasta el amanecer,
la integridad del alma se me torno inestable,
tal vez la inconsistencia de volver a mi niñez...?
 
Por eso no he logrado construir el blindaje
del alma y padecer aquello que no fue,
remitir los deseos del corazón insaciable
de algo que excede todo lo que mis ojos ven...
 
Así hoy, encuentro perdido ese paisaje
recibido en belleza y amor... alguna vez,
sintiendo esos latidos lentos de mi sangre,
tan lentos que tal parecen, retroceder...
 
Estoy por comenzar el postrero viaje,
angustiado por lo que no pude hacer,
la calidez del mundo que me dio hospedaje
y aun llevo la consigna del poema en mi ser...
 
 
Federico L.M. de Luque

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