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martes, 15 de octubre de 2013

No recibo tus campanas...


No recibo tus campanas
 
Rosas te envié en poemas:
rosadas, rojas y blancas,
para perfumar mis penas,
dedicarte mis palabras
alguna de ellas, ansiosas,
otras, repletas de lágrimas,
- respuestas maravillosas -
que bajaban de tu alma.
Que te pasa en estos días?
que sucede en mi esperanza?
será porque estoy enfermo?
o quizás que muy menguada
veo mi voz este invierno?
y quisiera en alabanzas
recitarte ya mis versos
bajo tu tibia mirada?
No se, pero si se que te amo,
más allá de las distancias,
más allá de la agonía
de no besar tus mañanas...
de quedar sólo en las tardes,
de oprimirse mi garganta
ante el ya claro mutismo,
que emana hoy de tu alma.
O será el hilo de plata
que no envía tus campanas...?
 
 
“...Siento que estoy muy ausente
profundamente alterada.
No temas poeta amado
que emergeré de las aguas...”
 
 
Emergerás de las aguas
tu piel de nácar mojada
desnuda de cuerpo y alma...!
Ay...! mis perdidas palabras,
ay...! mi soledad amarga,
ay...! mis tibias esperanzas
de mil noches en tu cama...
mil besos de madrugada,
para beberme tus aguas,
- elixir del cuerpo y alma -
esperanzas renovadas...
Muñeca rubia adorada,
se me oprime la garganta,
si no oigo tus palabras,
o no me entibio en la fragua
de tus ardientes miradas,
y de besos en tu espalda
o en palomas asombradas
- elixir del cuerpo y alma -
Tu aroma tiene fragancias
de uvas y de manzanas,
de naranjas valencianas
y de mujer bien templada...
Si...! emerge ya de las aguas,
que te envuelvo con mis ansias
y te acaricio tus lágrimas...
 
 
Federico L.M. de Luque
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