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domingo, 25 de marzo de 2012

Una tarde en aquel café



Hace muchos otoños en el “PETIT COLON”
Un poema que escribí entonces, comenzaba así:
 
“Un café de usanza antigua
unos discos de Gardel,
un mendigo que nos mira
y una rubia de papel...”

Una Tarde en Aquel Café


No imaginaba entonces
que treinta años después,
lloviendo en Buenos Aires
volvería a este café...
Porque acá tengo una cita
concertada con Mariel,
- una rubia tan divina -
como nunca imaginé...
Lo cierto es que la niña,
amiga y amada es
y responde mis poemas
con poemas, a la vez...
Dulce como ambrosía,
sus ojos verdes, su piel,
su transparente mirada,
ese perfume francés,
una sonrisa de ángel...
sola para mi, ayer!
En la magia del encuentro
- como nunca lo soñé -
vi sus ojos, su cabello
ofreciéndome un ballet
con deliciosos destellos
espontáneos, de mujer,
que esa tarde destejía
y tejía otra vez-
una dulzura infinita,
- tal como ella es -
enhebrando poesías
como su alma, de mujer.
Cuatro horas tan dichosas
en esa tarde de ayer,
como bellísimas rosas
que en poemas le envié...
Una tarde muy lluviosa
le puso marco al placer
de estar frente a mi diosa
del amor, ayer...
Que no por nada su nombre
rima con su blanca piel
y el canto de ruiseñores...
¡esa es la voz de Mariel!
Mi corazón que la ama
diera su vida también,
con tal que sea dichosa
y feliz, mi amor, Mariel...!


 Federico


Responde Mariel


Estaba por escribirte
y sorprenderte otra vez,
iniciando yo el poema
como en la nieve ya fue.
Motivo: tu cumpleaños
y nuestro encuentro de ayer...
cuando llega a mi rincón
esta esquina de café...
Empañada por la lluvia
en los espejos que ven,
las cuatro horas vividas,
compendio del tiempo fue...
Sonrisas... Recuerdos...
Miradas y nuestra fe...
Confianza en nuestro destino:
encontrarnos otra vez...
Rememorar nuestra magia
de poemas en papel...
En espejos... en abrazos...
en cartas... En caricias...
En lloviznas... Besos...
Que el alma supo entender...
Poetas, Amantes en poemas,
nostálgicos sueños de vida.
Alianza de almas eternas
fusionadas por doquier.


Donde me encuentre Federico
estará tu nombre, tu ser,
tu poesía, tu belleza,
tu canto a mi sueño de mujer...
La ternura de protegerme como niña,
el aliento a mi danza y a mi ser...
Ese espejo del alma que me mira...
Que susurra sus palabras en mi piel,
en mi ventana canta melodías
y en las gotas de lluvia su querer...
En la tarde de ayer fueron las vidas
celebrando encontrarnos otra vez,
tu mirada profunda ante la mía...
Nuestras manos enlazadas como en red.
Risas... Anécdotas, Sonrisas...
Emociones... Silencios... Poesías...
Tomaron vida en la tarde de ayer...
Sos lo mas maravilloso que he vivido
el ser al que mas le debo ser Mariel,
Te quiero, como a nadie he de querer
ni he querido, alguna vez...


Mariel



Mi segundo canto



Esta respuesta nubla mis sentidos,
me deja sin voces mi dulce Mariel,
que hables así de nuestro cariño
y nuestros abrazos del cercano ayer,
sólo acelera mis lentos latidos
para encontrarte, muy pronto otra vez.
También yo te amo tanto y te lo digo,
mi dulce poetisa, mi amor, Mariel,
mucho más que al aire que respiro,
más que a nadie amé alguna vez.
Por ser maravilla y cuando te miro,
eres claro ejemplo tu, de ser Mujer!
Entonces te pienso y sueño contigo,
escribo pomas, una y otra vez,
te llevo en el alma y siempre conmigo
y beso el espejo que te duplico ayer...


Federico



 Responde Mariel


Mis lágrimas se deslizan en el vidrio
desdibujando contornos que se ven
como detrás de la lluvia en la ventana,
en el espejo que refleja mi querer...

Quisiera traspasar en esta noche,
los cristales, como lo hice aquella vez
que apareció tu flor con un poema
destellando amor sobre mi ser.

Cuando se cumplan las doce yo deseo
extender mis manos... y poder
abrazarte y celebrar la vida,
que a tu lado pude conocer...

¡Feliz cumpleaños Federico!


Mariel



Federico L.M. de Luque

Febrero 23

jueves, 8 de marzo de 2012

Mis Tres Amores


I
Cuando escribí de aquel "frio",
varias décadas atrás,
hace mas de medio siglo
de aquella oportunidad,
el temblor fue mi testigo
en esa noche fatal,
cantaba al amor perdido,
detrás del inmenso mar,
el primero, casi un niño,
me hundió en la eternidad,
tal como la del rio,
que sabe que morirá,
temeroso, confundido,
cuando repose en el mar.
Ese amor, tal vez un lirio
de perfume universal...!

II
Impecable el destino,
- de una belleza sin par -
fue y cruzo en mi camino
a una niña angelical,
que me dio los cuatro hijos,
nietos y... la soledad !
Transcurrido medio siglo,
como un instante fugaz...
He jugado y he perdido...!
mis poemas al azar,
rodeado de intenso frio,
frente a la muerte, quizás...
y hasta horizontes caídos
en un profundo espiral...
Una vez nos prometimos:
el amor hasta el final !
sin embargo el destino
decidió no prolongar
la agonía del cariño
en el instante crucial...!

III
Finalmente en mi camino,
una sirena del mar,
solitaria, sin abrigo
puso mi alma a cantar.
Vi sus ojos y el rocío,
que manaba sin piedad,
y que fue como bautismo,
de ternura sin igual,
primavera del destino:
- una musa de cristal -
cientos de versos escritos,
ida y vuelta... sin parar !
Cuando la veo y la miro,
- muy pocas veces quizás -
ansioso y estremecido
por su belleza sin par,
se encienden los delirios,
en el alma de besar.
Besos esperados siglos,
y soñados mucho mas !
que derriben los sombríos
muros de mi soledad
y aceleren los latidos
del corazón sin piedad.
Sin duda que asi sentido
es el amor final...!


Federico L.M. de Luque