Estoy por comenzar el postrero
viaje,
angustiado por lo que no pude
hacer,
la calidez del mundo que me dio
hospedaje
y los tantos errores que pude
cometer...
Debo la vida, como todos, a mis
padres
y a mis abuelos que guiaron mi
ser,
me enseñaron la libertad, el
coraje
y el idioma con el que me
expresé...
Conocí el amor, hice su
aprendizaje,
cientos de poemas puse en el
papel,
caminé por senderos, banquinas e
ideales
y el amor de mis hijos y nietos
alcancé...
Trabaje día y noche, sufrí
enfermedades,
pesadillas y sueños hasta el
amanecer,
la integridad del alma se me
torno inestable,
tal vez la inconsistencia de
volver a mi niñez...?
Por eso no he logrado construir
el blindaje
del alma y padecer aquello que
no fue,
remitir los deseos del corazón
insaciable
de algo que excede todo lo que
mis ojos ven...
Así hoy, encuentro perdido ese
paisaje
recibido en belleza y amor...
alguna vez,
sintiendo esos latidos lentos de
mi sangre,
tan lentos que tal parecen,
retroceder...
Estoy por comenzar el postrero
viaje,
angustiado por lo que no pude
hacer,
la calidez del mundo que me dio
hospedaje
y aun llevo la consigna del
poema en mi ser...
Federico L.M. de
Luque
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