Fue tu boca el deseo de la mía
respirando tus suspiros y tu vida,
yo fui la sed y tu la copa y mi bebida
y al separarnos... tu melancolía,
mi boca que ardio y fue ceniza,
dulce mujer amante, que me habita
los labios, la lengua, el alma mía,
muchacha que me das tu maravilla,
tu dulzura de ser, tu ambrosia,
tus miradas tan místicas, tan tibias
y sensuales... tan cristalinas:
permanece en mi, toda la vida,
con la savia del amor en tus espigas...
respirando tus suspiros y tu vida,
yo fui la sed y tu la copa y mi bebida
y al separarnos... tu melancolía,
mi boca que ardio y fue ceniza,
dulce mujer amante, que me habita
los labios, la lengua, el alma mía,
muchacha que me das tu maravilla,
tu dulzura de ser, tu ambrosia,
tus miradas tan místicas, tan tibias
y sensuales... tan cristalinas:
permanece en mi, toda la vida,
con la savia del amor en tus espigas...
Federico L.M. de Luque
Mayo de 2006