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martes, 22 de julio de 2014

Te hablaré del Sol de oro



Estamos por transitar, otra nueva primavera,
deja que aprieten mis manos a las tuyas, mientras juegan,
que entre tanto las alondras, en tu derredor vuelan
enamoradas, quizás, de tu rubia cabellera,
que yo cantare mis versos desde mi boca que tiembla,
y hasta tal vez una de ellas venga a posarse cerca...

Te hablare del Sol de oro, de su luz cálida y espléndida,
Que, encendido en tu pelo, se desliza en primavera...
te he cantar en mis versos amor que habita en mis venas
y le da fuerza al abrazo que sobre tu cuerpo aprieta...
Mira en mis ojos los tuyos y su luz, que se ve espléndida
sin lagrimas que se derramen sobre el alma del poeta...
       
Cada año Dios repite la tan dulce primavera,
que yo percibo en tu boca, como una rosa entreabierta
que a mis amores, mis ansias, de una locura sin tregua,
ofrecen dulce ambrosia y la inquietante leyenda,
de pétalos de esa rosa que te llevan mis poemas
y nunca cesen, mujer, las chispas de noches buenas...

Tengo celos de la mar, porque te abraza completa,
te acaricia poro a poro, de púrpura húmeda y fresca
y tu cuerpo se confunde, con la espuma de su cresta,
- cincelada en alabastro, lleva tu figura espléndida  -
Mi amor, te canto en mis rimas con mis palabras de ausencia,
letras de himnos de amor, castellanas, nuestra lengua...                  


Federico L.M. de Luque
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